martes, 17 de julio de 2012

Comunas de la Ciudad: Luces y sombras

Luego de haber atravesado poco más del primer semestre de la asunción de las Juntas Comunales en nuestra Ciudad, se puede comenzar a realizar algunas consideraciones en cuanto a su ¿funcionamiento?

Desde el inicio los nuevos cuerpos colegiados encontraron limitaciones de origen como fue la temprana creación de las denominadas Unidades de Atención Ciudadana (UAC) que aglutinaron la mayoría de los trámites y cuestiones administrativas de los antiguos Centros de Gestión y Participación Ciudadana (CGPC) licuándole de poder desde el arranque de la nueva modalidad.

La otra variable obstructiva, y la principal en términos de gestión real, fue la desfinanciación de las Juntas, lo que no les permite tener los recursos necesarios para la tarea cotidiana y la postergación de la afectación del presupuesto en forma descentralizada en cada una de las Comunas en las que se dividió la Ciudad. Si en muchos casos no se contó siquiera con dinero para útiles de librería, que se podía esperar para la ejecución concreta de acciones en los territorios para mejorar la vida de los vecinos a quienes representan los comuneros.

Pero también se debe rescatar algunos aspectos para no tornar tan agorero el panorama, aunque la dimensión de los mismos no guarde relación con las expectativas fundadas o no, que se tenían previamente de la nueva etapa institucional del proceso de descentralización porteño.

La concurrencia de vecinos en organizaciones comunitarias o a título personal con todo el bagaje de iniciativas, reclamos y participación desplegado en los distintos Consejos Consultivos es una primera variable positiva a colocar en la construcción del embrionario balance de ¿gestión? del proceso de implementación de las Comunas. Por otro lado la aparición de propuestas legislativas que comienzan a tener en cuenta su existencia y opinión; pueden constituir el comienzo del cambio necesario y deseable.

En este sentido se puede tomar como un síntoma de esta tendencia los proyectos de María Elena Naddeo (Frente Progresista y Popular) y José Luis Acevedo (PRO), que a pesar de contener posturas ideológicas opuestas y más allá de los aspectos a debatir en sus contenidos; consideran o incluyen a los nuevos actores políticos-administrativos en cuestiones vinculadas a la gestión de la cosa pública de nuestra Ciudad.

En el primer caso al solicitarle a las Juntas Comunales y Consejos Consultivos opinión sobre la utilización social de inmuebles ociosos o desocupados en materia de actividades educativas, sanitarias, culturales, o de recreación en orden a las necesidades manifiestas o relevadas en cada Comuna. En la otra iniciativa se contempla la confección de un informe vinculante de las unidades de gestión político-administrativas sobre la concesión de módulos de servicios sanitarios, estaciones de vida saludable y sectores de expendio de alimentos y bebidas en espacios verdes públicos de gran porte.

Como todo proceso de cambio, conviven marchas y contramarchas; luces y sombras; pero frente a la inercia o boicot de funcionarios y legisladores de turno, la constancia y la voluntad de vecinos, ongs, y medios de comunicación social pueden transformarse quizás en garantes de futuras acciones en la materia.

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