lunes, 26 de mayo de 2008

Milagros inesperados


La actual visita de Hilda Morejón Serantes a la Argentina pasa a engrosar el listado de milagros inesperados desde la asunción al poder de Raúl Castro en Cuba, que en el lapso de dos meses ha desarticulado una serie de prohibiciones y regulaciones, según su propia caraterización .
La anciana mujer, madre de la científica y ex diputada Hilda Molina, luego de trajinar varios años, logró tomar contacto con el resto de su familia radicada en nuestro país.
En tiempos de Rafael Bielsa como canciller, el gobierno de Néstor Kirchner intentó interceder ante Fidel Castro, con quien mantenía una cordial relación, para que por razones humanitarias se pudiese concretar el anhelado viaje.
Esta circunstancia produjo cortocircuitos diplomáticos, y producto de ese choque el entonces jefe de gabinete de asesores de Bielsa, Eduardo Valdés vio rodar su cabeza lenta e inexorablemente.
Pero antes de la resolución del presente caso, la sociedad cubana asistió a una serie de reformas, pueriles para muchos observadores externos, pero importantes para los cubanos como tener acceso a celulares, dvds, y computadoras entre otros enseres, aún cuando el universo de usuarios sea muy reducido por los magros salarios percibidos en la isla.
En el mismo orden, se ha posibilitado que los hoteles, hasta hace poco reducto selecto para turistas extranjeros, puedan albergar a nativos en sus onerosas instalaciones.
Ya con carácter más político y simbólico, Raúl ha anunciado recientemente la conmutación de penas a condenados a muerte, en claro mensaje a la comunidad internacional, que siempre cuestionó el respeto de los derechos humanos hacia quienes se mostraron opositores al régimen.
El otorgamiento del pasaporte y la salida del país de Morejón puede constituir el anticipo de una inminente flexibilización del sistema de inmigraciones cubano, abandonando progresivamente las inasibles, para muchos, tarjetas blancas que permiten los limitados viajes concedidos por las autoridades.
Muchas son las expectativas aún de las futuras medidas de gobierno del hermano del líder de la revolución, que pueden estar más emparentadas con las vividas por China y Vietnam, que por la traumática metamorfosis de la vieja URSS.
Mientras tanto, los nietos de Hilda Molina se esfuerzan por conocer en tiempo récord a su bisabuela, testigo directa de una importante porción de la historia cubana contemporánea.