viernes, 29 de junio de 2007

Episodio II


El clima de distensión advertido ayer en la reunión entre Jorge Telerman y Mauricio Macri, contrastó en forma evidente con el experimentado por el jefe de Gobierno electo, el pasado miércoles en la Casa Rosada, frente a un impensado interlocutor semanas previas. Nada más ni nada menos que el presidente Néstor Kirchner.
La semana que culminó tuvo momentos que pueden tornarse trascendentes para todos los porteños. Aún cuando muchos piensen que se trató de meras acciones protocolares, en ambas reuniones comenzaron a esbozarse los componentes de la nueva agenda para la ciudad.
En el episodio I, el compromiso asumido por el gobierno Nacional -según los dichos de Mauricio Macri en conferencia de prensa-, llegó hasta la posibilidad de un inminente tratamiento parlamentario de la norma que limita la autonomía porteña, conocida como Ley Cafiero.
El genuino ingeniero deslizó el supuesto guiño presidencial para avanzar en mecanismos para manejar policía, puerto, transporte y justicia en la futura órbita local. Sin embargo, el sugestivo silencio oficial posterior sembró dudas sobre los alcances de esos anuncios.
Muy distintos fueron los parlamentos entre las autoridades salientes y entrantes en Bolívar 1, en el episodio II de esta historia. Allí el aún histriónico Jorge Telerman, recibió afablemente a la fórmula consagrada el pasado 24 y abordaron los temas claves para una prolongada transición.
Muchos fueron los ítems repasados, pero el único tomado como norte por ambos dirigentes, fue la reducción del déficit prespuestario a la mímina expresión posible. Para Macri, como una condición necesaria previa al ejercicio del poder, ya que deberá satisfacer las expectativas urgentes de un exigente electorado como el de la Capital.
Para Telerman la entrega de una administración equlibrada en cuentas, se convertiría en una suerte de bálsamo para su esmerilado presente político.
Para graficar el estado actual de la situación, podría parafrasearse a un antaño polémico hombre de armas devenido en democrático dirigente político, y decir que en la cancha se ven los pingos. Pero sin perder de vista que la carrera aún no comenzó.

martes, 26 de junio de 2007

El cartero llama dos veces





Finalmente, el pasado 24 de junio, el cartero llamó dos veces. ¿Dónde?, en Balcarce 50. Los triunfos por derecha de Mauricio Macri en Capital y por izquierda de Fabiana Ríos en Tierra del Fuego constituyen un fuerte llamado de atención para el gobierno de Néstor Kirchner.
Todos los ojos se posan ahora en el líder del PRO, algunos intentando adivinar cuáles serán los principales ejes de su futura gestión, otros esperando alguna señal de cara a a las elecciones presidenciales de octubre.
El posible encuentro entre los hasta hace semanas ágiles contendientes, depara más dudas que certezas y seguramente resultará una acción más pour la galerie que búsqueda de resultados concretos para la sociedad nacional o porteña.
En tanto, el tan anunciado proceso de transición en la ciudad de Buenos Aires, encontrará quizás el rodamiento de cabezas y el blanqueo de la existencia de puentes de plata entre el PRO y el telermanismo, hecho denunciado entre otros por el electo legislador de Diálogo por Buenos Aires, Aníbal Ibarra.
Los tiempos se aceleran en el mundo K, las encuestas arden y se aproxima el momento cúlmine en que se conozca la fórmula oficial para una apuesta cada vez más complicada, la continuidad de un modelo que comienza a tener grietas visibles ante la perspicaz opinión pública.
De allí, que el mensaje del 24 debe ser correctamente evaluado por los protagonistas políticos de esta hora. En medio de esa etapa, quizás, se encuentren.