jueves, 28 de junio de 2012

Definitivamente tablas

El balance de la movilización encabezada por Hugo Moyano el 27 de junio pasado denota en términos ajedrecísticos una virtual situación de tablas. Tanto desde el núcleo del poder del gobierno central como del líder cegetista la evaluación resulta satisfactoria.
                                                 
Del lado de la Presidenta, la ausencia de amplios sectores del espectro sindical como de las fuerzas políticas de la oposición de real envergadura le dejó un sabor menos amargo, a pesar de haber experimentado la primera movilización surgida desde las propias filas del amplio abanico que constituye el justicialismo. 

Ya no tuvo que lidiar con expresiones del campo o de la sociedad civil como Bloomberg marchando contra la inseguridad, o escuchar un tenue sonido a cacerolas por las calles porteñas. La queja y reclamo partió de un ex aliado, que tiene la ventaja de conocer los vericuetos del poder y puede utilizarlos ante cualquier nuevo ataque a su espíritu de supervivencia.

Las contradicciones inseminadas en familiares de funcionarios como Héctor Recalde y del propio Moyano fueron funcionales a las intenciones de la Presidenta en su tenaz afán por esmerilar la base de sustentación del actual Secretario General de la CGT.

Del lado de Moyano, cumplió su objetivo de poner su estructura en la calle y decir a los oídos oficialistas todo aquello que propios y ajenos no pueden hacer, debido a intereses que pueden ser fuertemente afectados ante cualquier intención de sacar los pies del plato.

El diálogo de sordos con su ex referente política le permitió anunciar que luchará una vez más por conducir el futuro de la central de trabajadores, enfrentando a cualquiera de los delfines del oficialismo, donde cada vez se ve más activo a un viejo compañero de ruta del camionero como Omar Viviani. 

Habrá que ver hasta que punto Moyano puede aprovechar su nueva condición de líder de la oposición de cara al 2013/15 y cómo se relacionarán con él los demás actores políticos y sindicales a partir de ahora.

Tras la paridad, nuevas estrategias y piezas se moverán en torno a los dos exponentes del poder real en la Argentina de nuestros días.

lunes, 25 de junio de 2012

Un montón de nada

Según la opinión de importantes organizaciones ambientalistas la reciente Cumbre de Río + 20 no aportó mayores avances que su predecesora de 1992 - según las más benévolas-, o representó un fracaso absoluto de acuerdo a las más críticas.

Si nos remitimos a los términos del alcance de acuerdos en materia de medidas concretas para preservar y mejorar las condiciones ambientales de nuestro sufrido orbe, el balance es magro; si en cambio se tiene en cuenta que a partir de ahora será la Asamblea de las Naciones Unidas en detrimento de su Secretaría General quien fijará las nuevas metas y medios de futuras implementaciones en la materia quizás se encuentre una visión menos pesimista; pero sin duda alguna tanto las expectativas previas como los resultados a la vista no eran demasiado alentadores como para esperar otro escenario final.

Desde el punto de vista de los actores estatales hubo notorias ausencias en la Cumbre, que le restaron el marco necesario para mostrar la importancia de los problemas a abordar. La ausencia de Obama, Merkel y Cameron entre otros, quizás esté dando la diestra a quienes sostienen que la agenda de esta reunión estuvo maquillada según la conveniencia de los países centrales; y no se tuvo en cuenta las necesidades de los que se encuentran en vías de desarrollo.

En lo que respecta a nuestro país, luego de haber atravesado unas cuantas instancias preparatorias, entre las que se puede rescatar la de Rosario (Foro Latinoamericano de Desarrollo Sostenible) y Mar del Plata (Congreso Argentina Ambiental 2012), y la presencia de autoridades nacionales y municipales de la envergadura de la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner y el Jefe de Gobierno Porteño, Mauricio Macri; se puede arribar a algunas reflexiones.

La primera mandataria iba a ser una de los tantos oradores de la Cumbre del país vecino, pero su palabra no pudo ser escuchada por la comunidad internacional, ante la partida anticipada para abocarse a problemas de índole domésticos, como el paro planteado por el sindicato del actual Secretario de la CGT, Hugo Moyano. Esta actitud demuestra de alguna manera el grado de importancia atribuido al encuentro por parte de la actual administración, a diferencia del Jefe de Gobierno Macri, que aprovechó la ocasión para mostrarse activo y conformar el G3 junto a México y San Pablo para la realización de tareas comunes y de intercambio para la defensa de la calidad del ambiente en el espacio regional; y su llamado a una mayor participación de las ciudades en las resoluciones de problemas ambientales con independencia de las naciones.

Para terminar de caracterizar la tan publicitada Cumbre, se puede concluir que si bien no hubo avances trascendentales, tampoco hubo retrocesos importantes en cuanto a los postulados iniciales propugnados en Río 1992 y Copenhague 2002.