lunes, 13 de septiembre de 2010

Palabras más, palabras menos

Unidad y acuerdos programáticos. Dos conceptos recurrentes en las últimas semanas en boca de los principales actores de la escena política nacional, y paradójicamente cuando más se los invoca, más lejos de ellos se está en la práctica política cotidiana.

Puede dar fe de ello el Peronismo Federal, que tras una semana de rumores, internas y dudas varias, se mostró a pleno en el Encuentro Nacional de Profesionales y Técnicos desarrollado en un hotel céntrico con sus cuatro precandidatos a presidente: Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Mario Das Neves y Alberto Rodríguez Saá, y los cuatro coordinadores del espacio: Carlos Reutemann, Ramón Puerta, Juan Carlos Romero y Adolfo Rodríguez Saá. Sólo faltó a la cita Francisco De Narváez, quien aún así envió a representantes al evento.

Pero los bloques encabezados por Eduardo Duhalde y el compartido por Solá, De Narváez, Das Neves y Rodríguez Saá persisten intactos y lo que transforma el Peronismo Federal en un bloque inestable. La vinculación con Mauricio Macri sigue sin definiciones claras, acentuada aún más por la sucesión de dificultades por las que atraviesa últimamente el lord mayor.

En las comarcas de la UCR pasa algo similar, Julio Cobos y Ricardo Alfonsín debieron verse las caras de frente para enviar señales de unidad hacia dentro y fuera del centenario partido. Ellos también hicieron hincapié en la elaboración de programas de gobierno para luego ofrecer a sus potenciales aliados, el Socialismo y el GEN de Margarita Stolbizer, y mantienen la esperanza del retorno de Elisa Carrió a la entente que ella misma propugnó.
Una semana atrás fue el turno de Rubén Giustiniani, quien blandió las bondades de los acuerdos para la gestión de gobierno, sin mucho éxito frente al Proyecto Sur de Pino Solanas.

Más allá de las palabras, las aguas siguen bajando turbias, y en ambas orillas son más las dudas que las certezas. Las coincidencias son menos que las que se muestran y las rupturas están al acecho a medida que se acerca el definitorio 2011.

Las diferencias ideológicas y las distintas estrategias para la conformación de frentes electorales se mantienen como debilidades a superar por los protagonistas políticos de esta hora.