lunes, 16 de julio de 2007

Cambio de hábito


Desde aquella postal del estrado ocupado entre otros por juristas como León Carlos Arslanian y Ricardo Gil Saavedra enjuiciando a los integrantes de las tres primeras juntas militares del autodenominado Proceso de Reorganización Militar, nunca una foto de un ámbito judicial adquirió tanta repercusión como la imagen de la Corte Suprema de Justicia fallando en la causa contra el ex general Santiago Omar Riveros, y que abre la puerta para anular los indultos dictados en su momento por Carlos Menem.

Desde aquellas tórridas jornadas del que se vayan todos, que había llegado hasta la puerta del máximo organismo que debe impartir justicia en la Argentina, pasó mucha agua bajo el puente, y una vez aniquilado el fantasma de la mayoría automática de los ´90, se reconfiguró para una etapa caracterizada por el cambio de hábito.

Fiel a la doctrina imperante en el mundo contemporáneo, los crimenes de lesa humanidad pasarán quizás a ser recuerdo, merced a este fallo histórico. Aquellas acciones que no fueran punibles por un marco de impunidad jurídica, parecen haber llegado a su fin por lo decidido por la actual composición de la Corte.

Sólo dos de sus miembros, Carlos Fayt y Enrique Petrachi, no avalaron la iniciativa, por haber sido protagonistas de la etapa anterior y se abrazaron desesperadamente a la teoría de la cosa juzgada para excusarse.

La repercusión a nivel internacional y el beneplácito de gran parte del arco político local, desautorizan a aquellas voces que pregonan ánimo de revanchismo o reapertura de viejas heridas.

La única forma de saldar las cuentas del pasado, es a través del accionar de sus instituciones democráticas, y en este caso la Justicia cumplió, quizás algo tarde, pero cumplió.

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